De Alemania nos llega esta foto de una colegiala que se tira cola arriba sobre la alfombra y nos complace mostrando su tanga recorriendo suave pero firmemente el camino entre las nalgas tan bonitas que tiene para deleite de voyeurs del mundo.
Imaginamos una romántica velada junto a esta pendeja por las termas del Lago Constanza disfrutando del calor sobre los cuerpos y el relax, configurando lo más fuerte del romance.
Ella, casi doncella, ninfeta de los caminos que se entrega de cuerpo plenamente al hombre que le muestre el camino del placer, tiene una sedosa cabellera, seguro destino de caricias, complemento de un buen anclaje romántico, en el recorrido suave y declinando en gradientes entre los racimos de cabellos en el momento del placer máximo.
Pero la cola que está mostrando en tanga esta colegiala alemana merecería, por sí misma, un post específico con página de fan de Facebook incluida. Se trata de una de esas nalgas protuberantes, con la belleza propia del fruto que con el ímpetu hormonal madura de repente y que representan la cima en el recorrido que, desde lo bajo de sus piernas llegase al dichoso trasero cual si escalasen el monte supremo del orgasmo prometido en busca del mismo Delta de Venus donde poder radicarse por un rato, o el otro agujero.
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