Esta guarrita colegiala es una de esas chicas de instituto que, cuando vuelve a su casa luego de mirar los miembros de sus profesores durante horas no puede menos que sacárse ráudamente las braguitas, mostrar su chocho peludo y entregarse a toda clase de tocamientos, fricciones, lubricaciones, exploraciones vaginales, roces clitorianos, recorridos de vulva y penetraciones con objetos y dedos.
Ah, naturalmente, y además se permite, se da el lujo libidinal, de sacarse fotos y repartirlas a troche y moche entre la peña de lesbianas que la quieren comer por delante y por detrás y entre los varones al palo que esperan poder abrirse camino entre esos pelitos que deja ver en su chocho peludo pero suave y enmarcado en una cola que, vista como se aprecia en esta colegiala, está para visitarla carnalmente también.
Las nalgas de esta colegiala son una incitación al derroche seminal y de fuidos en una larga y completa noche de placer sobre su cama y apartando los libros de estudio, como les pasa también a tantas universitarias.
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